El hecho de que cada vez aumenten las grandes subastas está, inevitablemente haciendo que aumente la burbuja de invertir más y más dinero en arte.
Dada la turbia naturaleza del arte, muchos inversores no son capaces de entender la forma de operar de este enrevesado mercado. A diferencia de otras clases de activos tradicionales, existe una escasa transparencia asociada con el comercio de arte como consecuencia del elevado número de tasaciones que se hacen a nivel privado y que no se registran ni evaluan. Esto conlleva a que como inversión el arte supere todos los baremos.
Tanto es así que por ejemplo el año pasado, el número de lotes vendidos por encima del millón de dólares ascendió un 10,8 por ciento, mientras las obras de arte vendidas por más 10 millones de dólares acumularon un total de 3.500 millones de dólares en ventas. De hecho, 139 obras de arte representaron el 22 por ciento del total de las ventas globales del mercado el año pasado.
Los paradigmas del mercado de arte han cambiado drásticamente en las últimas décadas, debido al cúmulo de riqueza en mercados emergentes como China, Rusia y Oriente Medio, que han incrementado el número de interesados en el comercio del arte, dando al mercado una mayor capacidad de recuperación.
Este sector no se ha dejado intimidar por el contexto económico en un momento en que los coleccionistas a nivel mundial están pagando sumas récord para algunas obras de maestros como Picasso o Andy Warhol.
Entre algunos de los factores que favorecen este hecho se encuentra Internet y las ventas online que están ayudando a las obras de menor valor equilibrando así el auge del segmento más elitista. El 67% de las ventas de arte online oscilan entre los 1.000 y los 50.000 dólares así mismo como el incremento de la organización de ferias de arte y antigüedades que cada año son más.